Imagina que caminas por una calle empedrada y,
al llegar a una curva, encuentras un manzano que extiende sus ramas por encima
del cercado. Ves una brillante manzana roja que parece estar dispuesta para que
la pruebes. Figúrate que la muerdes y siente cómo salpica el jugo. La manzana
es símbolo de la tentación. Simplemente,
la imagen de una manzana roja mordida expresa: Aquí alguien cedió a la tentación.
Me gusta mucho más la idea de que las manzanas
son para disfrutar y las podemos comer sin culpa.
Hay una frase en inglés que dice: “An apple a
day keeps the doctor away”. Al traducirla se pierde la rima: “Una manzana por
día mantienen alejado al médico”. Investigando si es real esta aseveración, se
descubrió que 100 gramos de manzana roja (una manzana chica), con su cáscara,
tiene un efecto antioxidante equivalente a
1.500 mg de vitamina C (100 g de naranja contienen solo 53 mg de
vitamina C). Entonces, ¿cómo explicar un efecto antioxidante tan potente si
solo contiene 5,7 mg de vitamina C? La cantidad variada de polifenoles,
carotenoides y otros fitoquímicos son los responsables del importante efecto
antioxidante de la manzana.
Justamente son los antioxidantes de las
manzanas, y de otras frutas, verduras y semillas, los que reducen la cantidad
de radicales libres de nuestro organismo y actúan frenando múltiples
enfermedades propias de la tercera edad, como el Alzheimer, el Párkinson, el
cáncer, etc.
Puede ser que la persona que esté leyendo este
artículo sea joven y lleno(a) de vitalidad, y no tenga en sus planes
preocuparse por enfermedades que tal vez ni siquiera le afecten dentro de
cincuenta años o más. Precisamente, las neuronas que utiliza para razonar lo
que está leyendo ahora son las células más afectadas por los radicales libres y
la falta de antioxidantes.
En niños en edad escolar se ha demostrado que
los que ingieren menos frutas presentan más problemas de conducta.
Analicemos: Si un niño con sus neuronas
afectadas por los radicales libres presenta sensación de malestar y
frustración, y eso se refleja en su comportamiento, ¿podría ser que los
radicales libres también creen en ti ese mismo malestar, y perturbe tus
relaciones personales y tu capacidad de razonamiento?
La manzana roja con cáscara, e insisto en este
último elemento que ya la mayoría de los beneficios de la manzana están en su
cáscara, presenta un fitoquímico especial: el ácido ursólico. Este fitoquímico,
que también se encuentra en otros vegetales, se caracteriza principalmente por
aumentar la masa muscular. Al haber músculos más desarrollados, se modifica
nuestro metabolismo, lo que produce un descenso de peso; reduce, en primer
lugar, la grasa abdominal, que es la que
se relaciona con muchas enfermedades, disminuye el azúcar en la sangre, actúa
sobre el síndrome metabólico y previenen el hígado graso. Una persona delgada
también se beneficiaría, pues aumenta de peso en masa muscular y no en grasa,
siendo así mucho más sana.
Si comparamos dos personas, en las mismas
condiciones, que se alimentan con la misma cantidad de calorías y grasas; y si
a una de ellas se le agrega una manzana por día, pesaría menos, a lo largo del
tiempo, el que tuvo ese aperitivo extra.
No te pierdas la posibilidad de probar el
efecto de las manzanas rojas con cáscara, pero asegúrate de limpiarlas muy bien
para no ingerir los químicos de la fumigación. Puedes hacer un licuado con un
poco de agua, y si a eso le agregas otra fruta, avena o cereal y lo acompañas
de nueces y diversas semillas, ya tienen un desayuno completo. Te desafío a
hacer la prueba: notarás que tienen más energía, aumentarás tus defensas y
verás cómo lo extrañas los días que no lo puedas hacer.
El libro de Colosenses dice acerca de Cristo:
“… todo fue creado por medio de él y para él… y todas las cosas en él
subsisten” (Colosenses 1: 16, 17). Jesucristo participó en el proceso de
moldear el barro para formar a Adán, lo creó y, cuando el pecado entró y manchó
su obra, él mismo se encargó de elaborar y cumplir el método para recomponer lo
que había creado. Ese mismo poder creador nos permite hoy subsistir aquí en la
tierra y nos da los elementos para poder vivir con menos enfermedades y ser más
útiles en la obra de Dios.
Fuente:Doctor Werner Arnolds. (Médico especialista en Clínica Médica, vive en Ibarlucea, Provincia de Santa Fe, Rep. Argentina.)
Tomado de la Revista Adventista del mes de Julio del año 2013.
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